“Ante los dogmas: acción y denuncia”
Agradecemos de sobremanera la oportunidad que se ha brindado a través de este seminario a nuestra asociación de manifestar sus criterios sobre temas del interés colectivo.
Representamos a uno de los grupos sociales más complejos dentro del crisol de ideologías que confluyen en nuestro entorno. Al grupo ateísta, agnóstico, no creyente y librepensador del Ecuador.
Nosotros hemos asumido el papel histórico de la rebeldía, la rebeldía ante las ideas pre impuestas, ante los engaños colectivos y ante el dogma que sirve como herramienta de dominio de la clase explotadora.
La Asociación de Ateos y Agnósticos del Ecuador surge ante la necesidad de establecer un vínculo entre las personas afines a la tendencia en el país, a semejanza de organizaciones fundadas en otras naciones del orbe.
Ateos Ecuador se ha servido de los avances tecnológicos y del marco de la globalización para realizar su trabajo, ¿qué sería de nuestra asociación de no existir la autopista de la información?, donde hemos elaborado una gran parte de nuestro trabajo, comprendido como cohesión social en un entorno hostil a las ideas que pretenden poner en duda los dogmas establecidos a sangre y fuego en la inhumana conquista de nuestro terruño por la cruz y la corona de España.
Denunciamos las actividades de una cúpula clerical que jamás ha practicado lo que profesa, y no puede sino convertirse en mal ejemplo de una juventud ávida de respuestas.
Nosotros no podemos tener todas las respuestas, sabemos que los absolutos son una quimera, y más en las ideologías, pero buscamos orientar a quienes han decidido ir más allá de lo que le ha impuesto una sociedad taimada y que suele aceptar la explotación como un designio divino, y la pobreza como un don de santidad.
Nosotros nos revelamos ante ese conformismo que las élites económico religiosas han intentado endilgarnos desde tiempos coloniales, y a los arreglos Estado-Iglesia en detrimento de las clases populares del Ecuador, engañadas en la sumisión y la obediencia al patrón como al tirano como a dios.
Ateos Ecuador plantea en la presente ponencia algunos aspectos que consideramos importantes, dignos de un análisis sesudo y pormenorizado, en la temática “Ante la crisis: ¿Revolución o reformismo?
ANTE LA CRISIS: ¿REVOLUCIÓN O REFORMISMO?
Las políticas adoptadas por algunas naciones sudamericanas en los últimos 10 años, determinan la formulación de una nueva corriente social, económica y política de las mismas. Tras las profundas contradicciones generadas por la aplicación del Neoliberalismo y la agudización de la lucha de clases en esta parte del continente, han surgido nuevos líderes regionales y nacionales, quienes han mostrado su apego hacia los ideales socialistas, defendiendo sus metas y promocionando su adhesión a la causa revolucionaria.
La práctica de estas visiones de gobierno, han permitido que estos representantes sociales se mantengan en el poder y propongan estrategias políticas de consolidación de sus proyectos. En casos específicos como Venezuela, Bolivia y Ecuador, estas políticas similares tienden a la nacionalización de la explotación de recursos naturales, proyectos ambientales, de cooperación económica, infraestructura e industria, etc., los mismos que se relacionan con las reivindicaciones sociales buscadas por la clase trabajadora durante su etapa histórica en el desarrollo capitalista. Estas campañas visionarias han sido interiorizadas en la población bajo el nombre de un nuevo socialismo, democrático, moral y con garantías de libertad, “Socialismo del siglo XXI”, estableciendo puntos estratégicos de aplicación como:
- La participación del estado en el manejo de la economía nacional, que establece la modernización de la empresa pública y el manejo de fondos estatales, a través de concesiones de obras, inversión extranjera “responsable”, etc., lo que deslinda de un manejo económico de carácter socialista y se confunde con un modelo keynesianista, manteniendo la esencia del desarrollo capitalista (capitalismo regulado).
- La centralización de la administración y participación en la legislación, a través de reformas y nuevas leyes que facilitan la participación del estado en políticas y manejo de recursos y la redistribución de los mismos, beneficiando el mantenimiento de la propiedad privada, base del régimen capitalista.
- Desarrollo y promoción de proyectos industriales y productivos a largo plazo, lo que se puede interpretar como un aumento del gasto público, la inversión estatal y extranjera.
- Intervención total o parcial en políticas sociales, educativas, de salubridad, agro-productivas, etc., ejerciendo acciones, proyectos y planes por encima de los sectores inmersos en aquel elemento de cambio (a través de decisiones autoritarias de las carteras de estado).
- Renegociación de contratos con empresas multinacionales, para la explotación de los recursos naturales, manteniendo el carácter capital de los mismos, mediante la “inversión mixta” (elemento que distancia de la política socialista).
Ante las características mencionadas, es de considerar el estado reformista de las naciones practicantes de un “socialismo capital”, que merma la lucha de las clases trabajadoras en su etapa de cambio histórico, deslinda el papel imperativo de la revolución social, como proceso de resolución de los profundos problemas de clase dentro de una sociedad que mantiene la explotación del ser humano y su trato como mercancía.
INFLUENCIA DEL IMPERIALISMO BAJO LOS CONCEPTOS DE MILITARIZACIÓN Y GLOBALIZACIÓN EN EL DESARROLLO SOCIO-CULTURAL DE LA SOCIEDAD LATINOAMERICANA.
Se puede caracterizar al imperialismo como una etapa de doble filo en la sociedad capitalista, debido a la alta concentración de producción y mercados de consumo (monopolios) y a la contradicción agudizante que sucede entre las clases sociales históricamente definidas en este sistema. El proceso iniciado bajo el ideal caudillista de la independencia Sudamericana, fue tergiversando el ideal loable de la misma, con la influencia imperialista europea por recuperar sus territorios perdidos y también de Norteamérica tras el proceso de guerra civil, que dio por vencedor al norte pujante en la industria ante el sur esclavista terrateniente. El militarismo se mantiene como un elemento necesario para el mantenimiento de cualquier sistema económico-político y en el caso particular del imperialismo es una herramienta imprescindible para el manejo de los medios de producción de los países dependientes económicamente. Corrientes geopolíticas como la “Doctrina Monroe”, que se sintetiza en políticas como el “panamericanismo” difieren de la definición propia de libertad buscada por las naciones latinoamericanas que, históricamente y por parte de sus gobiernos han permitido el aseguramiento de políticas entreguistas a los intereses de multinacionales, personas y empresas en expansión comercial. El uso de la violencia para la consecución de una meta ha sido claramente visible en los conflictos de México, Afganistán, Irak, Vietnam, Samoa, Hawai, Filipinas, Panamá, Cuba, etc., los mismos que pasan por encima cualquier andamiaje proteccionista de las organizaciones internacionales sujetas al ideal del sistema, permitiendo mantener un “colonialismo del siglo XXI” adaptado a la explotación y manipulación de economías frágiles (ejemplos históricos se pueden admirar en las grandes dictaduras militares de Argentina –Videla-, Chile –Pinochet- y Paraguay –Stroessner- ).
En lo que corresponde al andamiaje cultural, ideológico y filosófico implantado por la Globalización; se puede argumentar que este proceso define la reproducción de expresiones culturales de forma internacional, consecuentes a un ideal considerado como “dominante” ante llamadas “subculturas”, dependientes, frágiles, carentes de filosofía propia o identidad (característica de las naciones sudamericanas). Antropológicamente la enajenación cultural es consecuencia de este proceso de “adaptación mercantil de la cultura”, fruto del desenvolvimiento del libre mercado, la inversión extranjera y la invasión audiovisual auspiciadas por los medios masivos de comunicación, que separa la categoría localista y tradicional de las culturas nacionales.
Debemos empezar definiendo en qué consiste este problema actual del calentamiento global: es un término utilizado para referirse al fenómeno del aumento de la temperatura media global de la atmósfera terrestre y de los océanos, que repercute en la salud de todos los habitantes del planeta.
Aquí debemos decir que existen varias hipótesis sobre qué causa el calentamiento global, la más aceptada hipótesis, que nos pone al género humano como protagonista de tal fenómeno, es la desmesurada producción industrial y la expulsión de gases de invernadero que provocan el efecto del mismo nombre, que a su vez provoca el cambio climático y el calentamiento global.
Estimaciones nos indican que “ciertos fenómenos, como la disminución de los glaciares, la elevación del nivel de los mares y los cambios meteorológicos se han considerado consecuencias del calentamiento global que pueden influir en las actividades humanas y en los ecosistemas. Algunas especies pueden ser forzadas a emigrar de sus hábitats para evitar su extinción debido a las condiciones cambiantes, mientras otras especies pueden extenderse. Pocas ecorregiones pueden esperar no resultar afectadas.”1
Las soluciones parecen estar a vista de todos, pero no existe de momento la voluntad política de las grandes potencias del planeta poner en riesgo sus intereses económicos para solucionar definitivamente el problema.
Pese a que el gobierno del demócrata Barack Obama en los EEUU, se ha mostrado “preocupado” por el problema del calentamiento global, esas “preocupaciones” no pasan hasta ahora a convertirse en reales acciones.
La reciente cumbre sobre el calentamiento global celebrada en Copenhague, Dinamarca, no arrojó ninguna acción concreta sobre reducción de emanaciones de gas carbono ni verdaderas legislaciones “verdes”, o giros políticos de las potencias para solucionar el problema. Han existido no obstante, ingentes donaciones y aportaciones económicas de las grandes naciones para crear un “fondo de lucha e investigación del cambio climático”. Asumimos que esto debe ser una forma de hacer negocio, inclusive de este problema tan grave para el planeta, y esas donaciones nos plantea una duda: ¿sentimiento de culpa?
El papel del comunismo como respuesta a este fenómeno no surge tampoco como una solución, ya que Marx no asumió el papel del ecosistema en su planteamiento económico, y aún más, Lenin, que es muy utilitarista en su concepción del Estado Socialista, como una vía al comunismo no asumió en sus tesis ideas compatibles con la ecología o el conservacionismo.
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1.- Revista Ecosistemas: Los efectos biológicos del cambio climático, resumen de la puesta en común que un grupo de alumnos hicieron para un curso de doctorado del programa "Cambio global y desarrollo sostenible" de la Universidad de Alcalá, España.
INSTRUMENTOS DEL IMPERIALISMO PARA LA ENAJENACIÓN RELIGIOSO-CULTURAL DE LOS PUEBLOS.
Religión
Es de conocimiento histórico que el imperialismo ha ejercido ideológicamente su influencia mediante la religión y sus instituciones representativas (iglesias). En la perspectiva del imperialismo feudal, los europeos sometieron las creencias nativas paganas por la institucionalización de la religión ya sea nacional, monárquica o en función de clase, siendo éstas depositarias del manejo educativo, político e institucional de las colonias (españolas principalmente). En la realidad contemporánea de los pueblos latinoamericanos, el manejo de la religión es un negocio multimillonario; la Globalización cultural atrae un sinnúmero de nuevas creencias utilitarias, con nuevos lineamientos de moral y ética social, que ha desfigurado la calidad de los valores, ha roto la identidad cultural ancestral de los pueblos nativos de los países latinoamericanos, también ha agudizado la confrontación de la multiculturalidad (cuando es positiva), que permite la asimilación de corrientes del pensamiento, análisis de representaciones culturales a escala universal, forjando una idea global y propia del ser humano; contra un criterio de localismos encerrados en su andamiaje tradicionalista, de corte racista incluso y degenerativa de los alcances de los derechos y libertades personales (caso de grupos indígenas en los países andinos). La idea de dios y la religión ha sido producto de separación ideológica y de disputa al interior de las clases sociales mismas, el manejo institucional de la fe, permite el “olvido colectivo” de los verdaderos problemas que suceden en la sociedad y la naturaleza, la causalidad de los mismos y la lucha de clases, buscando el llamado ideal de la “salvación”. Justamente el manejo de la religión por las clases dominantes en un sistema social determinado, es un precedente de la obtención del poder; las grandes celebraciones religiosas, transmitidas desde la época colonial han sido formas de explotación de los aborígenes, la organización de bailes, los priostazgos, matrimonios y los entierros, con derroches incalculables de dinero y alcohol, han forjado una cultura fatalista, conformista ante su situación, esperando una solución “divina” después de la muerte; esta estrategia altamente efectiva fue utilizada por los sectores dominantes, para evitar los constantes problemas relacionados con los levantamientos sociales, principalmente durante el siglo XVIII y XIX. De la misma forma, el proceso de evangelización hacia los sectores nativos de América se consolidó con la sustitución de las fiestas paganas de agradecimiento a la “pacha-mama” (madre tierra), por las festividades religiosas, cumpleaños de los reyes y celebraciones nacionales de los reinados europeos (el caso de la navidad y la pascua en la religión católica). La globalización religiosa ha determinado una concepción degenerativa de la sociedad misma, la iglesia (cualquiera que sea) representa un movimiento ideológico de masas a gran escala, la misma ha sido consecuente con los principios de poder de la clase dominante para frenar cualquier intento de organización o pensamiento de avanzada. La imposibilidad de forjar una identidad filosófica propia, sobreponiendo la religión a la misma, determina una “cultura del ocio y el fatalismo” en la sociedad latinoamericana, indiferente a la realidad propia de su papel como ser humano, transformador, racional y revolucionario; haciéndolo presa de sus limitaciones ideológicas y dando validez a un ser “superior”, como responsable se sus triunfos y fracasos de la vida, bajo esta perspectiva, el ser humano deja la lucha y se limita a “vivir o sobrevivir”, deseando la igualdad tan esperada para todos… pero no en vida.
Consumismo
El consumismo es ese fenómeno en el que la humanidad de las personas llega a ser tan alienada y “bombardeada” por los medios de “comunicación” que asume uno de los antivalores que rigen el sistema actual: El consumismo.
El imperialismo y el sistema neoliberal tienen muy clara la partida: los seres humanos somos “mercados” donde “penetrar” con sus productos, muchos de ellos innecesarios.
El catecismo neoliberal podría resumirse en un individualismo procaz y cada vez más agresivo, donde la egolatría y el egocentrismo son valores perfectibles y válidos en la juventud.
Filosofía
El pensamiento filosófico queda en las estanterías o en los curiosos, hace buen tiempo que a propósito de la “revolución educativa” muchos aspectos de las disciplinas de humanidades fueron abandonadas o desestimadas por considerarlas precisamente…inútiles para el sistema capitalista.
Sin embargo, los métodos son el gran dolor de cabeza para los practicantes de la izquierda, que van más allá del libro de texto y buscan crear sus propias sendas.
Pero ni pese a esta cuasi conclusión a que este razonamiento nos lleva, significa que no hayan excepciones radicales donde la revolución y el cambio abrupto de estructuras fue la solución (Muy puntual: CUBA).
El Ecuador debe pensar y llevar a cabo un debate nacional libre de sectarismos…cuál es el torno o el cariz que debe llevar su revolución.
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