Cardenal Justin Rigali, Archidiócesis de Filadelfia, Pensilvania, Estados Unidos de América
La Archidiócesis de Filadelfia suspende a veintiún sacerdotes por alegado
abuso sexual.
“Encubrimiento durante décadas”
Viernes, 11 de marzo de 2011
“El Cardenal Justin Rigali anunció el
martes que la Archidiócesis de Filadelfia está suspendiendo,
administrativamente, a veintiún sacerdotes de sus posiciones después de
darse a conocer el informe de un gran jurado al efecto de que existen
reclamaciones creíbles de haber abusado los sacerdotes sexualmente de
menores. El reporte, publicado el 10 de febrero (2011), acusa a la
Archidiócesis de encubrimiento durante décadas.
Según el gran jurado, al menos treinta y siete sacerdotes habían
continuado el ejercicio de sus responsabilidades en la presencia de
niños pese a ‘evidencia sustancial contra ellos de abuso’.
‘Comprendemos que acusaciones no constituyen prueba’, dice el
informe, ‘simplemente no podemos comprender la aparente ausencia de
un sentido de urgencia de parte de la Archidiócesis’. El gran jurado
dijo haber visto los archivos sobre tan solo veinte sacerdotes, y que,
tratándose de aquellos casos, la Archidiócesis desestimó alegaciones de
abuso, meritorias de ser creídas, por razones triviales tales como: que
la víctima no podía recordar en qué año el sacerdote oficiaba o el plan
exacto de la rectoría.
Respondiendo al informe, en su declaración inicial el Cardenal negó que
hubiese sacerdotes activos ‘que tuvieran contra ellos alguna
alegación, ya reconocida o establecida, de abuso sexual contra un menor’.
Más sin embargo, días más tarde, empleó a un ex procurador de crímenes
sexuales a revisar los archivos personales de los que fueron nombrados
en el reporte del gran jurado.
La declaración de ayer sobre relevar a los veintiún sacerdotes fue dada
más de dos semanas después de que el gran jurado publicara su informe.
Pidiendo perdón el Cardenal Rigali por el
comportamiento de sacerdotes pedófilos, dijo que las suspensiones eran
medidas temporales en lo que se completaran investigaciones exhaustivas.
La suspensión en masa por abuso sexual es notable por ser una de las más
grandes durante la historia de la Iglesia Católica Romana en Estados
Unidos de América. La reacción lenta de la Archidiócesis de Filadelfia a
las alegaciones de abuso sexual contraviene la Carta para la
protección de niños y adolescentes, emitida en 2004 por la
Conferencia Nacional de Obispos Católicos, la cual dice que cualquier
sacerdote denunciado por alegaciones creíbles debería ser removido
inmediatamente, efectuándose acto seguido una investigación.
Hace casi una década, aparecieron alegaciones por abuso sexual contra
algunos sacerdotes. En un reporte dado a conocer en 2005, un gran jurado
detalló casos numerosos de alegaciones por abuso, algunas hechas
hacía décadas, inculpando a sacerdotes en Filadelfia y los
esfuerzos hechos por sus superiores de encubrir evidencia. El gran
jurado convocado en 2011 halló que el panel formado por la Archidiócesis
para tratar las quejas hechas en el reporte de 2005, protegió
primariamente a la iglesia en vez de a las víctimas.
David Clohessy, director de la Red de
Sobrevivientes de los que han sido abusados por Sacerdotes”, un grupo de
apoyo para los sobrevivientes y sus abogados, dijo: ‘Muchas de las
víctimas y muchos católicos en Filadelfia se quedan ponderando cuán
efectivas sean las llamadas reformas de los obispos, a la luz de
haber permanecido en sus ministerios durante años docenas y docenas de
sacerdotes contra quienes ha habido acusaciones creíbles’.”
Fuente: editoriallapaz.org
2 comentarios:
Que hipocresía tamaña de estos sinverguenzas, tratan un horrible crimen como una falta administrativa y unicamente los suspenden, lo correcto sería denunciarlos y ponerles a disposición de la justicia ordinaria par su enjuiciamiento y encarcelación, como justo castigo por su crimen
Pienso no ser el único que se ha dado cuenta que a los sacerdotes no se les puede aplicar la ley normal, aunque algunas constituciones como la nuestra consagran la igualdad de justicia "para todos", puesto que la mayoría de jueces y gobernantes son comprables o religiosos, la credibilidad de un simple ciudadano no es nada al lado de la palabra de un sacerdote quien no vacilará en mentir o negar los hechos para quedar impune, sobra decir que los jueces, gobernantes y sacerdotes a veces comparten parentezco, amistad o contemporaneidad generacional.
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