martes, 26 de octubre de 2010

La iglesia católica "bendice" a los simpsons

Curiosa noticia que nos llega desde el diario "El tiempo" de Cuenca.
A Matt Groening lo felicita incluso el papa!


El Papa bendice a Los Simpsons

El Papa Benedicto XVI ha dado su bendición a uno de los personajes más polémicos y queridos de la televisión estadounidense, amante de las rosquillas y la cerveza, Homero Simpson.

Reconocimiento
A través de un artículo en el diario oficial del Vaticano, la Santa Sede reconoce el catolicismo militante del popular personaje amarillo e insta a los padres a no tener miedo que sus hijos vean las aventuras de Los Simpson.


“Pocas personas lo saben, y él hace todo por ocultarlo. Pero es verdad: Homero J. Simpson es católico”, dijo el diario Osservatore Romano en un artículo titulado Homero y Bart son católicos.


El diario citó un estudio de un sacerdote jesuita sobre un episodio del 2005 del show llamado The Father, the Son and the Holy Guest Star.


Ese estudio concluyó que Los Simpsons se encuentra “entre los pocos programas de televisión para niños en los que la fe cristiana, la religión y preguntas sobre Dios son temas recurrentes”. Son precisamente las costumbres de rezar antes de las comidas, visitar la iglesia y las menciones a Dios que muchos episodios recogen, las que llevan al diario a recomendarla. “Los padres no deben temer que sus hijos vean las aventuras de los hombrecillos de amarillo”.


En diciembre de 2009, el mismo diario ya describió la serie como “tierna e irreverente, escandalosa e irónica, bulliciosa y profunda, filosófica y a veces incluso teológica, una síntesis alocada de cultura popular y de la tibia y nihilista clase media estadounidense”.

1 comentario:

Fabricio dijo...

Los Simpson no dejan de ser una seria crítica e interesante pero al fin y al cabo es irrelevante en nuestra vida, que el Vaticano quiera "bautizar" o "evangelizar" a los Simpson es una muestra de su desesperación o tal vez una cortina de humo sobre el problema de los curas pederastas, no creo que debiéramos seguirles el juego sino ignorar estas patadas de ahogado de Ratzinger y sus esbirros.